Hace un par de días desperté sintiéndome infeliz. Algo común en mi curtida existencia. Despierto y el día me parece insípido, incoloro e insignificante. De esos días en que me duele el calor del sol en la piel. Cualquier intento por mejorar mi actitud era un fiasco.
Pase todo el día así, mirando por la ventana la vida pasar. Un atardecer mas pasaba por mi cabeza y yo seguía en el mismo lugar y con menos fuerzas para vivir. La situación que me ha tocado enfrentar tampoco es fácil, pero no por ello nueva en el pervertido mundo en que vivimos.
El saber eso me molestaba aun mas. ¿Acaso no podría yo enfrentar algo tan común, aunque no por ello moral, que miles de personas han superado? Quizá no, quizá soy demasiado débil para eso. Pero, ¿Qué más da? Aquí estoy ahora con torbellinos en mi mente buscando soluciones a lo que requiere un milagro.
Cualquier otro día, estaría escribiendo una Letra en mi otro blog, aquel que le dedico al que en un momento me robo un suspiro, pero no hoy. Hoy me encuentro en este lugar donde puedo escribir todo, donde pongo mis sentimientos fuera de mi, donde dejo de ser o quizá sea yo misma por primera vez.
He decido no sentirme mas así, tal vez no lo pueda evitar, pero luchare con todas mis fuerzas por vivir cada día, como si fuera el ultimo. Como si fuera el ultimo día que me veo traslucida en los fieles ojos de mi verdadero amor, ese amor de 5 años que me susurra al oído que me ama, y que espera por mí al dormir, para cantarle una canción, porque “yo siempre le canto para dormir”.
Sonreiré mas. Me dijeron en alguna ocasión, el mejor cumplido que he recibido- “Daynne, tú si sabes sonreír”, él del cumplido se fue, mas queda en mi la sonrisa. Esa que puedo explayar y mejorar mi vida. Una sonrisa al día dicen que levanta el ánimo y mejora el humor. Buena terapia para alguien que casi pierde el sentido de la felicidad.
Felicidad, pareciera ya una palabra que describe una fabula. Pero yo confío que aun en este degenerado universo, existe la posibilidad de sonreír de felicidad.
Estoy a punto de dormir. He vencido un día mas a aquella decidía, a aquel fastidio, a aquel desgane de vivir. Y el sol saldrá nuevamente, y por la gracia de Dios, sé que volveré a vencer.
¡Y sonreiré!
